¡Hola cielines!
Madre mía, esta sección tenía hasta telarañas xD (Pandi: Normal, si es que eres una vaga ¬¬) No tenía ni en mente actualizarla (Pandi: Normal, ya ni te acordarías de ella ¬¬), pero trasteando el otro día por mi ordenador, encontré un Word donde tenía escrito este relato. Recuerdo que lo hice para el concurso de un blog, y que como requisitos debía ocupar una carilla de Word más o menos y aparecer estas palabras: Instituto, amor, disparates, moto, ventilador y azulejo... y salió esto xD Me gustaría que me dierais vuestra más sincera opinión, así que si os parece una mierda no os cortéis, prefiero que me digáis la verdad ;P (Pandi: No cortaros que nos vamos a reir xD). Pues bueno ¡Allá va! =P
EMPEZAR DE CERO
Lara se encontraba, tal y como habían acordado, en la puerta del instituto a las tres de la tarde. Su cara pálida y sus piernas temblorosas indicaban que no esperaba una visita muy agradable.
-¿Qué haces aquí? ¿Te ha invadido la nostalgia?- resonó una voz a su espalda que pertenecía a Eva, su amiga de toda la vida.- ¿Qué te pasa? Parece que hubieses visto a un muerto.- dijo al observar con detenimiento el rostro de su amiga.
-Nada, estoy bien.- dijo Lara dibujando una tímida sonrisa con la esperanza de que su amiga la creyera.- Solo estoy aquí para...arreglar unos asuntillos que tengo pendientes.
-Si tú lo dices... ¡Ah! Por cierto, esta noche Pedro y yo vamos a ir al bar nuevo de la avenida, ¿Quieres pasarte por allí con Alex? Pedro conoce al dueño y puede que nos inviten a unas copas.- Anunció Eva con una expresión divertida.
Al escuchar el nombre de Alex, Lara sintió un nudo que le oprimía la garganta.
-No lo sé Eva, todavía no he hablado con Alex, además creo que hoy salía tarde del taller y no creo que le apetezca mucha fiesta.- Alcanzó a decir.
- ¡AH! Ya entiendo...Queréis estar solitos ¿Es eso?.- sonrió Eva.- Pues que no se te vaya la cabeza, que con el amor y los cariños luego una comete disparates.- Dijo con una sonrisa picarona.- Bueno me voy, si te animas me llamas ¿vale?
- De acuerdo, que lo pases bien.- Lara volvió a forzar la sonrisa y despidió a su amiga con la mano. Se sintió algo más aliviada cuando dejo de ver a Eva, no quería ponerla en peligro. Lo que no sabía es que esa sería la última vez que se verían cara a cara.
Tras unos minutos apareció un coche negro con los cristales tintados y paró en frente suya. Lara sintió como el miedo corría por sus venas más rápido que su propia sangre. Reconoció al hombre moreno y enchaquetado que iba al volante, el que desde hacía un año estaba convirtiendo su vida en una pesadilla. Subió al coche por la parte trasera y se quedó paralizada por el pánico, hasta que el coche emprendió la marcha.
-¡Qué puntual! Ya no estamos tan rebeldes como el mes pasado por lo que veo...- dijo el enchaquetado observando a Lara por el retrovisor.
-¿Donde está Alex?.- espetó Lara desafiante, intentando ocultar todo el miedo que sentía.
- A salvo, pero sabes que eso depende de ti ¿Has traído lo que te pedí?
- Sí, lo tengo todo.
- Buena chica.- dijo el individuo dejando entrever una sonrisa.
En un abrir y cerrar de ojos llegaron a un garaje donde Lara pudo ver aparcada la moto de Alex, y eso la hizo inquietarse más. Al salir del coche, el hombre la agarró por un brazo y la hizo bajar por una trampilla que conducía a una habitación decorada únicamente por una mesa, dos sillas y un ventilador colgado del techo.
-¡Lara!- gritó Alex desde el otro extremo de la sala.- ¡Suéltala!- gritó, intentando deshacerse de los hombres que lo sujetaban.
Lara sentía cómo las lágrimas caían por sus mejillas al ver a Alex con la cara ensangrentada. Le habían pegado una paliza. Acto seguido, Lara sacó un paquete que tenía guardado en el bolso y se lo entregó al hombre que la sujetaba. Este la soltó y abrió el paquete encima de la mesa. Estaba repleto de joyas de gran valor que en su día habían pertenecido a la madre de Lara. El hombre las observó con detenimiento comprobando si eran verdaderas. Tras unos minutos mostró una sonrisa complaciente y se dirigió a los hombres que sujetaban a Alex.
-Soltadlo, puede marcharse.
Alex se dirigió a Lara, que estaba hecha un mar de lágrimas y tiró de ella hasta la salida.
- He dicho que puede marcharse el chico, la chica se queda con nosotros.- anunció el enchaquetado que no le quitaba ojo a las joyas.
- ¡No voy a darte nada más!¡Solo quiero que me dejes en paz!¡No puedo más!- chilló Lara desesperada bañada en lágrimas.
-¿Crees que soy tan estúpido como para dejar escapar a la huérfana de 19 años más rica del momento? Parece que todavía no te has enterado de cómo trabajamos nosotros. Tus padres serían marqueses, pero no eran santos. Tengo muchos documentos y pruebas que podrían deshonrar su memoria y ninguno de los dos queremos eso ¿A que no?- dijo el hombre acercándose cada vez más a Lara.
Todo pasó muy rápido. Alex apareció detrás del hombre con una silla en las manos y se la estampó en la cabeza. Luego tiró de Lara hasta la salida, la cual lo último que pudo ver de la sala fue el azulejo salpicado de sangre del hombre al que Alex acababa de matar. Los secuaces tardaron unos segundos en reaccionar y sacar sus pistolas. Lara y Alex consiguieron esquivar los tiros, montarse en la moto y huir a toda velocidad. Hasta que no llegaron a un descampado a las afueras de la ciudad, Alex no dejó de conducir como un loco. Ambos se bajaron de la moto e intentaron tranquilizarse un poco.
-Tenemos que huir de aquí.- dijo Alex, al cual todavía le temblaban las piernas.
-¿Donde vamos a ir? ¿Cómo vamos a sobrevivir? No podemos irnos así como así, no es tan fácil.
- Lara ¿Es que no lo entiendes? ¡He matado a un hombre! Y a ti no van a dejar de chantajearte, van a implicarte también en esto. Tenemos que irnos. Con el dinero de los dos podremos sobrevivir durante un tiempo hasta que encontremos algo, y tengo a un amigo que puede ayudarnos a desaparecer. No podemos quedarnos, Lara.
Lara lo sopesó, y decidió que tenía razón. Durante las siguientes horas reunieron todo el dinero que tenían y algo de ropa para emprender el viaje hacia lo que sería su nueva vida. El amigo de Alex les consiguió unos carnets y unos pasaportes falsos que les ayudarían a pasar desapercibidos.
Antes de irse, Lara dejó una carta en el buzón de Eva para explicarle la situación. Confiaba en ella, y no podía marcharse sin al menos una carta de despedida. La echaría muchísimo de menos.
Mientras se montaban en un autobús con un destino desconocido, Lara estaba aferrada a la mano de Alex mientras éste la miraba con una sonrisa cálida con la que pretendía tranquilizarla. Ella tenía miedo, sabía que iba a ser duro, pero también tenía la seguridad de que juntos serían capaces de todo, incluso de empezar de cero.
¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado? Sed sinceros y decídmelo en los comentarios, me haría mucha ilusión =P (Pandi: No seáis pelotas, decidle la verdad).
¡Muchos besitos a todos! =D